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Debates

La superficie agrícola disponible en la demarcación de Barcelona puede alimentar solo un 10% de su población



LOS PARQUES AGRARIOS, ELEMENTOS CLAVE PARA LA TRANSICIÓN HACIA UN NUEVO MODELO ALIMENTARIO

Los parques agrarios son espacios de producción agrícola, dentro de un sistema agroalimentario. Su preservación, pese a formar parte de un sector clave, ha sido tradicionalmente baja y, por tanto, no se han generado las reservas de suelo suficientes para asegurar que el sistema agroalimentario pueda funcionar correctamente, tal como decía Josep A. Báguena, presidente de la Sociedad Catalana de Ordenación del Territorio. Por ello, Báguena reivindicaba planes urbanísticos que recojan los parques agrarios como un elemento sustantivo en la configuración del espacio de nuestros entornos urbanos y periurbanos. Los espacios agrarios metropolitanos son espacios a preservar a través de instrumentos urbanísticos y a través de las políticas de ordenación del territorio.

La importancia de preservar los parques agrarios fue el mensaje que predominó en estas jornadas de debate organizadas por la Fundación Catalunya Europa con el apoyo del Club de Roma y Fundación la Caixa, que han contado con la participación de Josep A. Báguena y una mesa de debate con Olivier Chantry, responsable de biodiversidad y clima de la Unión de Campesinos del Baix Llobregat; Sònia Callau, jefe de la Dirección Territorial Agraria, O.T. Prevención Municipal de Incendios Forestales y Desarrollo Agrario, Área de Infraestructuras y Espacios Naturales de la Diputación de Barcelona y Antoni Enjuanes, subdirector general de Infraestructuras Rurales, Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya. Ha moderado la sesión la periodista Anna Grimau.

Actualmente, la Zona Metropolitana de Barcelona consta de 5 parques agrarios, el Parque Agrario del Baix Llobregat, el Espacio Agrario del Baix Tordera, el Espacio Rural de Gallecs, el Parque Agrario de Sabadell y el Espacio Agrario en el entorno de Mataró. También hay otros parques agrarios cercanos al entorno metropolitano que tienen una cierta autonomía en su funcionamiento, como el Parque Rural de Montserrat, el Parque Agrario de la Conca d'Òdena o el parque Agrario de la Acequia de Manresa. De éstos, sólo el 16% han conseguido un grado elevado de protección desde los planteamientos urbanísticos. Además, en la Demarcación de Barcelona, ??el 77% de la superficie agraria existente no está incluida en ninguno de estos espacios agrarios. Todo ello, se suma a una pérdida del 42% de las tierras de cultivo en los últimos 70 años debido a los procesos de urbanización y el abandono de algunos de los terrenos.

Algunos datos

En la demarcación de Barcelona se necesitan 3.5000 m2 de cultivo por persona para poder alimentarla a lo largo de un año. Actualmente, esta provincia cuenta con 203.000 hectáreas de superficie agrícola que pueden alimentar alrededor de 600.000 personas cada año, es decir, aproximadamente un 10% de la población. Para poder abastecer la ciudadanía con alimentos frescos y de proximidad, la demarcación de Barcelona debería multiplicar por 7 la superficie dedicada a las frutas y hortalizas y por 10 la de cereales y otros cultivos.

Proteger, regular y garantizar el relevo generacional de los parques agrarios

Sònia Callau, jefe de la Dirección Territorial Agraria de la Diputación de Barcelona, ha vivido con optimismo la evolución de los parques agrarios. "Las problemáticas son reales, pero visto con perspectiva, ha habido muchas mejoras, 21 años después de la creación del parque agrario del Baix Llobregat. Para Callau, los parques agrarios tienen una triple función. Por un lado, proteger el sol agrario. Una función aún poco consolidada, ya que reconoce que, de los 8 parques agrarios existentes, muchos no tienen una protección específica del sol. Y aún más, en el periodo de creación del parque agrario del Baix Llobregat, que duró 6 años, se perdieron entre 400 y 500 hectáreas de suelo agrario. En segundo lugar, los parques deben ser un espacio de gobernanza, donde todos los agentes implicados puedan encontrar un espacio de debate. Y, en tercer lugar, deben servir para buscar la complicidad de la ciudadanía.

Según Olivier Chantry, responsable de biodiversidad y clima de Unió de Pagesos del Baix Llobregat, los parques agrarios son importantes, pero también lo es luchar contra la precarización de la agricultura a través de proyectos de agricultura resilientes. En este sentido, el relevo generacional es primordial, por lo que debería articularse a través de planes de re-empresa. Chantry sostiene que, en un escenario de emergencia climática, la garantía de una autosuficiencia alimentaria será clave. Por ello, el representante de Unió de Pagesos propone la creación de un banco de tierra público que se gestione a través de las administraciones. En este sentido, Callau asegura que desde la diputación de Barcelona están impulsando hasta 3 bancos de tierras en toda la demarcación para facilitar la introducción de nuevo campesinado. "Estos bancos son una herramienta de intermediación de ventana única entre un propietario que tiene tierras y no las cultiva, o bien se quiere jubilar, y una persona joven que quiere trabajar en el sector agrario", explica Sònia Callau. Antoni Enjuanes, subdirector general de Infraestructuras Rurales, también explica que se está desarrollando un reglamento que prevé recuperar tierras en desuso y ponerlas a disposición de aquellas personas que quieran iniciar una actividad agrícola. Pero para Enjuanes "hay que poner más énfasis en la re-empresa que no en la recuperación de tierras en desuso, porque es más fácil incorporar un joven en una empresa que ya está funcionando que no crear una empresa de nuevo".



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